"Poesía Completa" de Alejandra Pizarnik



El primer libro de Alejandra Pizarnik, La tierra más ajena (1955), es un ejercicio poético tras los pasos de los poetas surrealistas como René Char y también los “beat poets” como Allen Ginsberg. En su segundo libro, La última inocencia (1956), ya se nota una poética de la salvación: el “horror de la civilización” se redime con la salvación por la propia poesía y por la caída de la noche (reminiscencia del pathos nocturno del romanticismo).
En Las aventuras perdidas (1958) aparece el tema de la  adolescencia dolorida. Pizarnik crea una verdadera fenomenología del exilio de sí misma y  de la ausencia. Explora las vivencias de los terrores de la niñez y  poetiza la pérdida del amor. El Árbol de Diana (1962), recibió el apoyo entusiasta de Octavio Paz. Este texto se destaca por su máxima pureza poética y su singular relación con la violencia interior.
Los trabajos y las noches (1965) fue muy apreciado por la autora: “este libro me dio la felicidad de encontrar la libertad en la escritura. Fui libre, fui dueña de hacerme una forma como yo quería”. En Extracción de la piedra de locura (1968) y  El infierno musical (1971) el tono es desesperanzado y trágico. Las imágenes sugieren el mundo onírico de las pesadillas y el miedo a la soledad. En  Textos de sombra y últimos poemas (1982) se encuentra un audaz pronunciamiento metafísico: “En el centro puntual de la maraña/ Dios, la araña.”
Pizarnik Alejandra: Poesía Completa. Barcelona: Lumen, 2001.